lunes, 7 de noviembre de 2011

LA MALDICIÓN DE LA ANEMIA AMAZÓNICA


La anemia es una enfermedad que se caracteriza por la disminución de la hemoglobina, la sustancia presente en los glóbulos rojos de la sangre, la misma que se encarga de transportar el oxígeno a todos los tejidos del cuerpo.

Si bien el valor no goza de total consenso se considera como anemia, en niños menores de cinco años, un valor de hemoglobina sérica menor a 11 gm% (ó gm/dl) que equivale a un valor de hematocrito menor de 33%.

La revista Pediatrics publicó un estudio, dirigido por Matthew J. Burden, que indicaba que la anemia en los niños representa un factor de riesgo para desarrollar déficit de atención y retrasa el desarrollo de la memoria; el hierro es básico para el desarrollo cerebral y por ende el nivel de inteligencia.

La disminución de la hemoglobina ocurre porque algo impide su formación, algo aumenta su destrucción o algo altera el número de globulos rojos circulando en la sangre. Tenemos que las causas de anemia básicamente son la deficiencia de fierro, principal causa de anemia infantil, esto ocurre cuando la dieta es pobre en alimentos ricos en fierro (carnes rojas y visceras).

Pero si en la selva se come más proteínas que en la sierra, ¿por qué en la selva hay más anemia que en la sierra?


La respuesta es porque en la floresta amazónica existe un condicionante más, las parasitosis intestinal, los parásitos se alimentan de la sangre de los niños.Las enfermedades parasitarias ocupan el primer lugar entre las enfermedades de los trópicos húmedos; están muy difundidas y constituyen un serio problema para la salud.


Como en la zona de la Selva las condiciones sanitarias son deficientes, los niños son infestados por casi todos los protozoarios intestinales, particularmente Entomoeba coli, Endolimax nana, Iodamoeba butschlii y Dientamoeba frágilis.La Giardia lamblia, otro protozoario intestinal ampliamente difundido, puede ocasionar trastornos digestivos en los niños, principalmente diarreas y malabsorción, que pueden provocar deshidratación, que si no se trata rápidamente produce a su vez desnutrición y la muerte. Sin embargo, el más importante grupo de enfermedades parasitarias está constituido por las helmintiasis, en la Amazonía predominan los Ascaris lumbricoides y a pesar del uso de medicamentos antiparasitarios, afecta a más del 90 por ciento de la población infantil. Otros tres parásitos, Ancylostoma duodenale, Necator americanas y Strongyloides stercoralis, se encuentran casi exclusivamente en los trópicos húmedos, sus huevos se desarrollan en el suelo cálido y húmedo hasta que se ponen en contacto y penetran por la piel del huésped, desde los vasos sanguíneos es transportado al pulmón, llega la la laringe y pasa a la parte superior del intestino delgado, donde se instala y se desarrolla; estos tres últimos, prendidos de la mucosa intestinal comienzan a succionar sangre, produciendo anemia, más grave si la infestación es masiva. Por este motivo en los trópicos es frecuente encontrar niños muy pálidos, con las conjuntivas y las palmas de las manos casi blancas. Esta anemia, unida a la deficiente absorción de alimentos, produce diarreas y casos graves de desnutrición.Otro nemátodo cosmopolita que abunda en la Amazonía es el Trichiuris trichiura, conocido como Trichocephalus dispar, ..............etc.
No sigo............con la parasitología porque esto ya parece un tratado de parasitología...y estoy aburriendo.....

Bueno, resulta que el la selva se está administrando un suplemento vitamínico llamado CHISPITA, un sobrecito en polvo que contiene hierro, vitamina A, ácido fólico, dirigido a los niños de 6 meses a 3 años, para prevenir y tratar la anemia.
El programa Mundial de Alimentos junto con UNICEF y el Ministerio de Salud está implementando el uso de este buen producto.

¿Pero, qué sucede si a un cilindro con hueco, que está perdiendo agua le seguimos administrando el líquido vital para evitar que se vacie?

¿No creen que mejor sería tapar el hueco y recién de solucionar el problema de fondo, luego llenarlo de agua?

Bueno, en la selva peruana, paralelo al programa CHISPITA que me parece excelente, se debe instaurar un eficiente programa de laboratorios móviles que cada tres o seis meses realizen estudios coproparasitológicos a todos los niños de la región, luego del correcto diagnóstico, darles el tratamiento antiparasitario pertinente. Tras desparasitarlos adecuadamente, con el fármaco correcto, bienvenido sea la CHISPITA.


Es lógico y suena obvio.

Arquímedes

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