sábado, 26 de noviembre de 2011

LAS SIRENAS DE LA AMAZONÍA


Debo decir que el mito de la "sirena", ha existido desde hace muchísimos siglos atrás en todas las regiones del mundo, desde mucho antes de la mitología clásica, pasando por el folclore de la Edad Media hasta la literatura infantil y el clásico y hermoso cuento de Hans Christian Andersen. Así, esta es pues una de las entidades acuáticas más importante de todos los tiempos.

Las sirenas, han sido descritas como mujeres hermosas que habitan en ríos, lagos, mares y océanos. Son híbridos, humanos de la cintura hacia arriba y cola de pez hacía abajo.

Esta entidad está firmemente enraizada en el mundo conceptual del poblador amazónico, su historia ha sido transmitida a través de mensajes orales de generación en generación. Tan profundamente ha calado su leyenda en la cosmovisión amazónica, que al escuchar hablar de ellas a los habitantes nativos de la selva profunda, impresiona que estuvieran hablando de seres reales y no de meras leyendas.

Hoy en día el mito de la sirena amazónica nos invita a reflexionar sobre el adecuado aprovechamiento y racional conservación de nuestros recursos hídricos. Su importancia radica que es parte de una cosmovisión social vinculada a la importancia de las fuentes de agua.

Resulta interesante que aparentemente siempre se ha vinculado a las sirenas con mujeres, más se sabe de la existencia de "Los Hombres Pez", que las fuentes mitológicas denominan "tritones", nada menos que la versión masculina de las sirenas.
El tritón, como contrapartida masculina, es una criatura semejante a la sirena que aparece yá en las mitologías babilónica, semítica y pre-griega.



Allá por inicios del tercer milenio, cuando yo era a la sazón médico rural amazónico, escuché de la existencia de las "sirenas" y de los "hombres del agua" denominados "yakurunas".
Percibí el gran respeto que los habitantes del río Ucayali, pertenecientes a la etnia nativa shipibo, tenían por estos seres que supuestamente habitan en el fondo del majestuoso Ucayali; y aunque desde esa época ya era yo un defensor de las causas amazónicas, no pude creerle a más de uno que me juró hasta por su madre y sus hijos, de haberlos visto con "sus propios ojos". No pude dejar de sonreir y hasta soltar unas cuantas carcajadas, cuando algunos avispados me juraban por sus propias vidas que hasta llegaron a conversar con algunas de ellas.
Por Dios que me hubiese gustado creerles,y aunque existen testimonios escritos en fuentes bibliográficas sobre la ocurrencia de extraños fenómenos vinculados a la observación real de estos seres del agua; gracias al cielo aún tengo tres dedos de frente.

Hace unos días en el aereopuerto de la ciudad de Iquitos vi estos murales del artista plástico Bendayán que me hizo recordar de sirenas y yacurunas.




Hasta la próxima
Arquímedes.

Aprovecho la oportunidad para reiterar mi invitación a leer y compartir esta novela de mi autoría, ambientada en la amazonía peruana, bájala totalmente GRATIS:
http://www.bubok.es/libros/207487/UN-SHAMAN-AMAZONICO-EN-EL-PRINCIPADO-DE-MONACO

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