sábado, 14 de enero de 2012

la guerra por el agua



Todos sabemos que el agua es un elemento esencial para mantener nuestras vidas, basta abrir un libro de medicina para saber que el peso bruto de un recién nacido está constituido en un 80% de agua, un adulto de 65% de agua y un anciano de 55% de agua.


Añadiré a este fabuloso dato, otra referencia tomada de la Biología que dice a la letra que el agua representa entre el 50 y el 90% de la masa de todos los seres vivos, y tanto que en el caso de las algas, el porcentaje ronda el 90% y de las medusas de mar o malaguas el 98 %.

Entonces: agua = vida



El privilegiado acceso al agua potable reduce la expansión de numerosas enfermedades infecciosas. Sabemos que estas antiquísimas maldiciones casi han desaparecido en países desarrollados, más lastimosamente siguen matando humanos en regiones no tan afortunadas donde se bebe agua contaminada con bacterias, virus y protozoos intestinales; entre ellos tenemos el cólera, la amebiasis, la hepatitis A, la esquistosomiasis, etc, etc.



Resulta terrible aceptar que todas estas terribles desgracias, así como los sufrimientos y pérdidas que entrañan,pueden ser evitadas.


No menos obvio resulta saber que las necesidades vitales humanas como el abastecimiento de alimentos dependen del abastecimiento de agua, y que muchos de los recursos energéticos y las actividades industriales que necesitamos también dependen del agua.


Existe mucha agua en el universo, existe mucha agua en todo nuestro sistema solar, básicamente en forma de hielo y un poco menos, de vapor. Esta enorme cuantía de agua cubre 3/4 partes (71%) de la superficie de la Tierra, unos 1.386.000.000 km3 de agua, que es mucha.

Pero, aqui comienza la desunión: el 97 por ciento del agua del tercer planeta del sistema solar es agua salada, la cual se encuentra principalmente en los océanos y mares. Osea que tenemos que tan sólo un mísero 3 por ciento de todo el volumen habido, es dulce.
Para empeorar las cosas, de este escaso 3%, sólo un 1 % está en estado líquido, pues el 2% restante se encuentra en estado sólido en las latitudes próximas a los polos.



La verdadera realidad es que de toda el agua dulce, menos de la mitad está disponible para ser utilizada, y que actualmente más de 1.200 millones de personas, sobre todo en África, sufren la escasez del vital elemento en algún grado.
Así, el Fondo de Población de Naciones Unidas,sostiene que dentro de 25 años una de cada tres personas en la Tierra tendrá poca agua o nada.

Mirando hacia atrás en el tiempo, la historia refleja que las civilizaciones primitivas florecieron en zonas favorables a la agricultura, como las cuencas de los ríos, desde la Mesopotamia, considerada la cuna de la civilización humana, surgida en el fértil valle del Éufrates y el Tigris; pasando por los faraones de Egipto, una espléndida civilización que dependía por completo del Nilo y sus periódicas crecidas. Más adelante ciudades como Rotterdam, Londres, Montreal, París, Nueva York, Buenos Aires, Shanghái, Tokio, Chicago o Hong Kong surgieron por su conexión a una gran vía de agua que favoreció desarrollo y prosperidad.Del mismo modo, áreas donde el agua es muy escasa, como el norte de África o el Oriente Medio, ha habido dificultades para desarrollarse, estos último se sacaron la lotería con el extracto de dinosaurios caso contrario serían muy pobres.


Realizando matemáticas básicas conocemos que la población mundial ha pasado de 2.630 millones en 1950 a 7,000 millones en la actualidad.

El mundo se ha percatado desde hace mucho que por diversos motivos, la disponibilidad del agua resulta problemática y que ello se ha convertido en una de las principales preocupaciones de gobiernos.



Dicho todo lo anterior, me pregunto ¿es la tenencia del agua, excusa para una nueva guerra?
La guerra por el agua.
No, pues elagua es una fuente de vida y un derecho humano básico.

Sabido es que hoy por hoy su uso irracional y la contaminación agravan y aceleran el proceso de escacez, que a su vez producen enfermedades infectocontagiosas, causan disminución de la producción de alimentos y desaparición de muchísimas especies de animales y vegetales.
Ante esta realidad debemos concientizarnos de este simple hecho, y repetir y repetir sobre su cuidado hasta que se fije como necesidad en nuestro inconciente colectivo, un arduo trabajo, y estas líneas representan mi granito de arena.

No defender el agua es poner en peligro el futuro de la especie humana y todas las especies vivas.



Sé que aún no hemos llegado a zona crítica, la falta crucial de agua de calidad; pero cuando esta se dé, no existirá soberanía alguna dentro de los países pobres que pueda defender sus recursos naturales; puesto que seguro se formará una coalisión encabezada por los EEUU para reguklar el consumo del agua del planeta. Me imagino miles de cascos azules bordeando las riberas amazónicas y la cuenca subterránea guaraní.

En estos tiempos la inercia política agrava la crisis del agua y los países ricos sufren de miopía, más cuando necesiten el agua de los sudacas, intentarán arrebatarnoslo. Entonces, la crisis mundial del agua cobrará proporciones sin precedentes y aumentará la creciente penuria por falta de agua.
Con el pasar de los años, el recurso hídrico disminuirá continuamente a causa del crecimiento de la población, de la contaminación y del cambio climático, tornado el problema más agudo.



La actual falta de consciencia sobre la magnitud del problema, la inercia de los dirigentes y las actitudes y conductas inapropiadas explican el deterioro progresivo de la situación. Y no les importa mucho, puesto que basta colocar sus ametralladoras entre los huevos de los legítimos propietarios del agua y una bayoneta en el culo de quienes no los secunadan, para resolverlo todo, ellos saben que todo lo pueden.

No hay necesidad de ser Nostradamus para saber o intuir que va a haber problema a mediano plazo, pronto se producirán conflictos internacionales. Ello sucederá en pocas décadas cuando los países ricos se percaten que son los sudacas son los verdaderos ricos puesto que cuentan con grandes reservas de agua.

Y el problema lo genera el sistema económico actual que ha sido incapaz de asignar eficientemente este recurso.


Ante la inoperancia de los gobiernos actuales, para administrar adecuadamente este recurso, sólo queda una cosa por hacer: convencer a los pueblos del mundo que el agua, más que un bien negociable, es un derecho básico inherente a cada ser viviente del planeta.




Y al igual que la profecía Maya y otros cuentos chinos más, esta vez no nos dejemos vender fácilmente el guión de terror de que el Argamenón de la guerra por el agua es inevitable.
Se vá a dar si seguimos en la modorra, más puede evitarse si cada ser humano se concientiza, TODOS debemos saber que es tiempo de cuidar el planeta y el agua.
Nada más, muy simple, hagamos algo, no esperemos al Hister que pronosticó Nostradamus y bien prodría ser un Hunter o Hilton o Haster o cualquier comando de las fuerzas de ocupación con un apellido similar que se ocupe de tomar los grandes rÍos amazónico y el mar acuífero que yace bajo Argentina, Paragua y Uruguay: La cuenca GUARANÍ; só pretexto de conservarlos para la humanidad.




No necesitamos una guerra por el agua, el cambio es hoy; no permanezcamos pasivos, cada uno de nosotros es un comando de paz, todos debemos evitar a toda costa un periodo de terror.
Podemos comenzar cuidando el agua al cepillanos, cerrando los caños, cuidando nuestras instalaciones de agua y desague, regulando los tanques del inodoro, evitando el abuso de las bolsa plásticas, etc, etc
Te invito a unirte a un gran cambio, se requiere que la raíz cuadrada del uno por ciento de todos los habitantes del planeta estén realmente concientizados en cuidar el planeta para evitar una guerra por el agua.

Sé parte de ese comando de élite de la paz.



Para quién se interese en el temas de preservación del medio ambiente y biodiversidad, tengo esta novela de descarga GRATUITA que narra vivencias por los ríos amazónicos:
http://www.bubok.es/libros/207487/UN-SHAMAN-AMAZONICO-EN-EL-PRINCIPADO-DE-MONACO


Arquímedes
Iquitos, río Amazonas