He estado muy ocupado, y en ese interín mucha agua ha pasado frente a la ciudad de Iquitos, sucede que la amazonía peruana está viviendo un penoso fenómeno natural: la máxima crecida de sus ríos en los últimos 50 años.
Que mucho de ello se deba al efecto invernadero o que tan sólo sea un ciclo natural amazónico, es tema de discusión para especialistas, lo puntual y real es que la crecida estacional de las aguas de los ríos amazónicos han sobrepasado notablemente los límites esperados, produciendo el desplazamiento de más de 150,000 personas de las zonas periféricas a la ciudad de Iquitos.
La mayoría de los damnificados se han acomodado a como de lugar en casa de sus familiares o algunos allegados, más los que no tienen famila o no pueden ser cobijados por los mismos por X motivos, han sido ubicados en colegios públicos que de tranquilos lugares de enseñanza se han transformados en antros de hacinamiento y las obvias y funestas consecuencias que ello conlleva.
Me produce tanta desazón la desidia de las autoridades locales y del gobierno central, no soporto ver tanta apatía ante tanto sufrimiento; que triste es saber que estos incapaces dirigentes que se cagaron el las advertencias de los técnicos que señalaban el inminente y peligroso caudal que se avecinava, los mismos idiotas que ahora están tratando de cubrir su incapacidad regalando bidones de agua y bolsas de azúcar y arroz.
Que los niños estén estudiado en las condiciones que muestran la fotografía superior es un reflejo de la ausencia de la mano amiga del gobierno peruano.
Indignado puedo decir que Iquitos y sus alrededores se ha transformado en una zona desvastada por la furia del agua, y en las últimas semanas se ha transformado en un lugar donde la vida literalmente no vale nada gracias a la ineptitud de sus gobernantes a quienes ni siquiera les reclamo la carencia de sus títulos o grados académicos; ¡Dios mío! sólo se necesitaba un poco de sentido común y desprendimiento del yoísmo en favor de tanta gente menesterosa.
Un abrazo a todos, ya que felizmente falta tan sólo tres semanas para que el cauce de las aguas comiencen a mermar completando el ciclo milenario de creciente y vaciante, pero que lastimosamente para todos los pobres entre los pobres que han sufrido la desgracia de perder la nada que tenían, sé que no son apenas veintitantos días, pues como dice la biblia: un día puede ser como mil años.
Ni siquiera mi hospital se ha salvado de la furia de la naturaleza, asi que zapatos de médicos y pacientes están empapados de agua contaminada que fluye por los pasadizos de essalud-III Iquitos.
El subdesarrollo no nos estrangula por la carencia de bienes materiales, nos asfixia con sus garras malsanas de indolencia y falta de solidaridad.
Niños y niñas loretanas mueren por nada y no pasa absolutamente nada.
!Viva mi Perú!, el mismo del crecimiento del 6% anual, ese de mistura, el mismo que se vende como un gran país pero que sus gobernates se han olvidado del nor oriente-peruano, pues ignoran que esta gente de frontera a quienes tratan como ciudadanos de quinta, llevan en su sangre los genes que delimitaron los hitos de este hermoso país.
Arquímedes.
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Chau
