miércoles, 13 de junio de 2012

El perezoso o Pelejo amazónico

Entre los miles de términos para designar a un ser humano que no le gusta trabajar o realizar esfuerzo físico o mental alguno, tenemos a los siguentes: haragán, gandul, boludo, pelotudo, holgazán, indolente, maula, vago, zángano, remolón, vagabundo, falaz, galbanoso, indolente, flojo, vainaza,  bausán, tardo, vagaroso, pausado, zanguango, inútil, sanchopancesco, conformista y perezoso, a este último término podemos agregar el regional amazónico peruano de pelejo.

Te preguntarás, que tiene que ver este repaso de sinonimia; resulta que el término de pelejo mal designa en el argor amazónico peruano al Perezoso.

Gran ignominia, terrible falacia e injusta discriminación para designar a un maravilloso y valioso animal, el Choloepus didactylus. Este folívoro o filógago (comedor de hojas) pertenece al suborden de los mamíferos placentarios del orden Pilosa. Es un animales endémico de las selvas tropicales, de los cuales existen dos géneros: los perezosos de tres y dos dedos.









Los perezosos tienen por dieta a las yemas, brotes tiernos y hojas, de árboles del género Cecropia, están muy bien adaptados a la vida arborícola. Las hojas son su principal fuente de alimento, pero estas no son digeridas facilmente; por esta razón posen estómagos de acción lenta, son muy grandes y especializados, tienen múltiples compartimentos en los que habitan bacterias simbióticas que descomponen las hojas duras; y por esta misma razón deben permanecer quietas, colgados de los árboles la mayor parte del día, haciendo la necesaria digestión. Se desplazan muy lentamente entre las ramas y caminan con mucha dificultad sobre el suelo.


Este animalido baja de las ramas a la base del tronco en que descansa, una vez a la semana, exclusivamente para defecar y miccionar; este es un momento crucial para su supervivencia pues lo deja a merced de los predadores como la anaconda u otras serpientes constrictoras, del jaguar y otorongo, de águilas y del mismo ser humano.
Así, en lugar de arrojar sus desechos desde la copa de los árboles que se dispersarían con las lluvias tropicales, baja para cavar un hueco en la tierra que tapa con tierra y hojas; la maravilla de esta singular acción es que sus excretas devuelven al árbol que le brinda subsistencia, la mitad de los nutrientes que tomó para sobrevivir. O sea el Perezoso o Pelejo amazónico es un excelente reciclador, pues devuelve los nutrientes al suelo tropical bastante carente de oligoelementos, contribuyendo así, con su comportamiento ecológico a preservar el ecosistema donde habita.









Lastimosamente, estos excelentes recicladores, por su lentitud han sido calificados como inadaptados en terminos evolutivos, ello basados tan sólo en su inhabilidad de moverse rápido o de luchar con fuerza o de agresividad, que son las características que priman en la naturaleza y en la sociedad humana de la actualidad.



Hoy en día, en  estos tiempos terribles cuando el hombre destruye la naturaleza y arrasa con el medio ambiente, donde el más fuerte arrasa al débil, este animalito de aspecto bonachón tiene mucho que enseñarnos; dejemos la petulancia del homo imbécilis que está al borde de la autodestrucción para aprender de esta especie desfasada e inferior que con su conducta de bajo impacto y estilo de vida renovable contribuye a preservan su hábitat natural.














En Iquitos puedes encontrar un pelejo tallado en palo balsa, como el de la fotografía superior.

Espero les guste esta sencilla reflexión.


Arquímedes
Iquitos-Perú

Dejo mi novela amazónica de distrubución gratuita para quien desee leerla:

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